miércoles, 3 de octubre de 2007

Life can be fantastic!


Ayer tuve mi momento de rabia, y hoy quiero compensaros.
Quiero dejar atrás los pensamientos negativos, los cabreos y las malas contestaciones. Quiero dejar los lloros, las lamentaciones y los momentos de bajón. Todo esto hace que me regodee en mi tristeza, cosa que nunca me ha ocurrido, pero que estos días no se por qué estoy empezando a coger como costumbre.

Pensando un poquito me he dado cuenta de que la vida es maravillosa, que hay muchas cosas buenas y que no me merece la pena amargarme por alguien que no merece que yo sufra por él. Lo que me ha ayudado en gran medida a llegar a esta conclusión es la gente, y no hablo sólo de mis mejores amigos o mi familia, si no de esas personas que aunque no lo sepan ellos y ni siquiera tú misma, te ayudan a diario. Personas que no profundizarán jamás en tu persona, que nunca considerarás casi ni amigos, pero que forman parte de tu día a día.

Es esa gente con la que te sientes bien, con quien tienes una conversación distendida de cualquier cosa, con quien vas andando para casa o simplemente se sientan al lado tuyo en clase. Compartes pequeños momentos de tu vida que te forman como persona, porque de cada una de esas personas te quedas algo para ti. Pero lo más maravilloso de todo, es que esto ocurre sin que tú te des cuenta.

Serrat dedicó una canción a "aquellas pequeñas cosas", pues yo hoy dedico este blog a aquellas pequeñas personas; pequeñas, no porque sean de poco espíritu o no sean brillantes, sino pequeñas porque para ti parece que pasan inadvertidas, como si fueran pequeñitas y no las vieras, aunque en la realidad realicen una labor que todos necesitamos. Esa labor es la de una palabra en un momento en que estás sola, una charla sobre cualquier cosa mientras vas a clase, un cigarrillo a la puerta de la facultad o unas risas por alguna tontería que os haya ocurrido.

Por esto, por haber abierto los ojos y porque la vida es maravillosa, os mando un beso enorme a todos.

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