Vengo de celebrar la Nochebuena en casa de mis tíos, como siempre, de cenar langostinos de primero y solomillo de segundo, como siempre... y aunque sea "lo de todos los años" a mí me gusta; soy enemiga de la rutina y la repetición, me encanta la innovación, pero en Navidad soy un poco conservadora y me encantan esas tradiciones.
Acabo de llegar a mi habitación, y mi cierta dependencia al ordenador ha hecho que no haya podido evitar abrir la tapa del portátil nada más entrar por la puerta. De paso he pensado que hoy, precisamente, no tengo nada más que hacer y que hace mucho que tengo esto abandonado.
Sin duda mi vida ha cambiado desde la última actualización. No me refiero a un giro de 180 grados, si no a que mi última entrada era triste por haber hecho daño a una persona que quiero y ahora las cosas han vuelto a su sitio y vuelvo a ser feliz como una perdiz.
Pasé varios días malos... y puesto que es un amigo y compañero de clase, era difícil evitar estar con él. Además, somos un grupo muy unido y siempre estamos todos juntos. Al principio no podía ni mirarle a la cara, yo rezaba para que cuando estuviéramos todos en la cafetería de la facultad no me tocara sentarme en frente de él, o que en una de nuestras tradicionales partidas de trivial no tuviera que ser de su mismo equipo. En definitiva, lo que no quería era estar sola con él, por miedo a su rechazo y sobre todo a su indiferencia, que era lo que más me podía doler.
Afortunadamente, todo se solucionó, pero por su propio pie. No hizo falta una reconciliación ni que me dijera nada, lo supe cuando mantuvimos otra vez una conversación normal, como las de siempre. Me sentía aliviada cuando hablaba con él. Me sentía agusto. Y eso me indicó que todo volvía a su sitio, que él me había perdonado, pero ante todo, que se sentía bien.
Lo peor del problema era que no vino solo. Había ocurrido un asunto familiar que me dejó muy tocada, y lo que hizo esto fue rematarme por completo. Aquel día desde luego lo he borrado de mi agenda y no lo quiero recordar.
Así que no penséis que sigo en ese estado, ni mucho menos. Vuelvo a ser la de antes. E intentaré seguir con esto, para que lo comprobéis.
Por ahora me limito a desearos una feliz navidad, os guste o no esta época. Disfrutadla con los que queréis y ojalá el viejo barbudo os traiga muchos regalos (en mi casa no hay tradición de Papá Noel... así que me toca esperar a Reyes).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
No sabes cómo me alegro de tu vuelta!! Las aguas siempre vuelven a su cauce, tarde o temprano el orden se restablece...y a sonreir.
Muchísimas felicidades y espero que cumplas tu palabra de no volver a abandonarnos. Besos de Navidad.
que bien que has vuelto...pero lo mas importante es que las cosas vayan mejor...suerte en tu nueva etapa y animo!...ya nos contarás.
Besitos y felices fiestas!.
Publicar un comentario