miércoles, 31 de octubre de 2007

Desde mi tierra


Me encanta llegar a mi tierra, Santander. Después de tantos días alejada del mar, es reconfortante entrar a la ciudad con el autobús por la calle Castilla y ver los barcos pesqueros amarrados, con la lonja al lado y la luna brillando sobre la superficie marina.
Realmente suena a poesía, pero no podéis imaginar la alegría que me inunda cuando huelo el olor a salitre y oigo el ligero sonido del mar moviéndose suavemente en la bahía (una de las más bellas del mundo, según reza un cartel a la entrada de la ciudad, y que no sé si del mundo, pero para mí la más bonita de las que he visto).
No quiero decir que esté a disgusto donde estoy estudiando, todo lo contrario; me siento más que a gusto en esta hermosa ciudad, Salamanca, tan acogedora y con tan buen ambiente. No suelo volver a casa muy a menudo, porque aquí me siento bien, pero una vez al mes o cada dos meses sí que me gusta volver y ver cómo están por aquí las cosas. Sobre todo, tengo dos grandes razones de peso para venir: mi sobrina y mi sobrino (y en diciembre se sumará otro sobrino más).
Yo creo que todos, por mucho que nos guste la independencia y muy aventureros que seamos, necesitamos en algún momento el ambiente familiar, lo conocido.
Yo necesito ver las calles de Santander. Sus preciosas tiendas. Ver el centro (tan desconocido, pero no menos bonito que otras zonas más conocidas como el Sardinero). Comer la comida de mi madre. Dormir en mi gran cama... Parece mentira que esté aquí, porque estoy más nostálgica que nunca.
En fin... os invito a que vengáis a Santander, a que conozcáis Cantabria entera y que disfrutéis tanto como yo de mi hermosa tierra.
Aunque no esté de acuerdo con muchas cosas que dice (y hace) nuestro presidente (Miguel Ángel Revilla) hoy voy a terminar con una frase suya. Y es que...
CANTABRIA ME PONE

miércoles, 24 de octubre de 2007

En negro


Negro es el color de este blog. No penséis que soy gótica, que estoy deprimida o que no sabía qué color poner, porque para nada es por ninguna de esas tres cosas.
El negro es un color único, que va con todo y a todos nos sienta bien. El negro es elegante a la vez que sencillo, pero no vulgar. Es práctico, nos puede sacar de un apuro. Es capaz de tapar lo que no queremos mostrar. Disimula nuestro exceso de curvas y a la vez puede ser muy sensual.
No sería tan malo ver mi futuro en negro. En el negro de las limousinas que me fueran a buscar a casa. El negro de los trajes de los hombres que me rodearan. El negro de los vestidos de Óscar de la Renta, como el de la foto, que llevaría.
De negro tintaría los cristales de tu casa, para no verte si no quiero. Y negros también son los cristales de mis gafas (de sol), para que no me veas mirarte. Te pintaría la cara de negro para no reconocerte al pasar. Y negra sería la ropa interior que llevara el día que nos reencontráramos. Negro es tu recuerdo, emborronado por el paso del tiempo. Y negros son ahora los girasoles que entonces eran amarillos.
Espero que el negro siga estando en mi vida, no como un signo de tristeza, si no como un signo de esperanza, porque sé que nunca me va a abandonar.

martes, 23 de octubre de 2007

Imagine

Me levanté esta mañana pensando en si Madrid sería suficientemente grande para ti. Ya sabes, por tu ansia de conocer gente y esas cosas; sobre todo de interactuar con las personas. No me quiero poner sarcástica, pero no sería difícil hacerlo contigo, al fin y al cabo estaría utilizando tus mismas armas.
Por si no lo sabías ya, sí que me importa lo que haces o lo que dejas de hacer. Si llueve pienso en si estarás en casa sentado en el sofá viendo una buena película, y si hace sol te imagino paseando por el Retiro; el problema de todo esto no es mi cabeza pensando en tí, si no la acompañante que creo que siempre está presente.
Aunque desearía ser yo, no creas que no me planteo lo irritante que podría llegar a ser convivir contigo a diario; soportar tu manía de acaparar la cama entera y acorralarme a mi contra la pared, aguantarte siempre en ese horrible chándal por casa, siempre enganchado a tu ordenador como buen infórmatico que eres... cosas que me sacarían de quicio, no lo dudes. Después de pensar en todo esto, también me vienen a la cabeza esos otros momentos, los maravillosos; que me insistas para que siga durmiendo contigo y no me levante todavía, ver lo guapo que estás en cuanto te quitas el maldito chándal, cuando me enseñas con cariño a hacer más cosas con el ordenador... sí, tonterías, pero que me gusta disfrutar a tu lado.
Como la moda sabes que me encanta, te llevaría de compras conmigo para que me aconsejes. Te conozco, y si tienes el día "tonto" acabaremos en La Perla, probándome ropa interior y tú disfrutando con ello. Si tienes el día romántico, me llevarás a Hermès y me regalarás mi ansiado Birkin rojo. Y si estás enfadado... me llevarás a Loboutin a que me compre los tacones más imposibles y más altos que encuentre, para tenerme controlada sabiendo que muy lejos no podré ir.
Yo iré de mientras a la tienda de mascotas más cercana, a comprar un collar de castigo y una correa bien corta, para que no escapes de mi lado nunca. Te compraré un bozal, para los días en que hables demasiado. Y un almohadón-camita, para que cuando la que acapare la cama sea yo puedas irte a dormir a algún lado.

lunes, 22 de octubre de 2007

Life in plastic is fantastic!



A esto de piel y de color rojo que veis en la foto lo calificaría como "la perfección hecha bolso". El Birkin de Hermès. Es uno de mis sueños (inalcanzables, por supuesto) junto a otras muchas cosas.
Hay muchos bolsos que me gustan, desde el mítico 2.55 de Chanel hasta el otro de la foto, el Speedy de Louis Vuitton, pero es que el Birkin me atrae de una manera especial... no se por qué.
Como por ahora mi condición de estudiante no me permite darme estos lujazos (y mi futura condición de trabajadora tampoco lo hará) me tendré que conformar con la versió en plástico de Blanco. Lo bueno es que su precio (24 euros creo) me dejará tenerlo en varios colores.
No sé por qué os escribo esto... pero bueno. El Birkin me inspira tanto que me hace escribir!
Lo malo de todo esto es que en la vida hay también Chanel auténtico y Chanel falso... A veces tenemos que conformarnos con las versiones plasticosas de ciertas cosas: en vez de un Mercedes, nos compramos un Fiat; en vez de estudiar la carrera que quieres y donde quieres, te conformas con empresariales en tu ciudad (y no es por despreciar a los que estudian empresariales); en vez de ir a ver a U2, te conformas con ver al grupo del vecino... y no sólo ocurre por falta de dinero, como en el caso del bolso. Puede ser por falta de ganas, de voluntad... pero bueno. Sirve para rellenar pequeños huecos de nuestra vida, hasta que alcancemos el verdadero Dior.
Después de esta paranoia me voy a dormir... que hoy estoy un poco "desvariadora" (no se nota verdad?). Buenas noches y que soñéis con Birkins....

miércoles, 3 de octubre de 2007

Life can be fantastic!


Ayer tuve mi momento de rabia, y hoy quiero compensaros.
Quiero dejar atrás los pensamientos negativos, los cabreos y las malas contestaciones. Quiero dejar los lloros, las lamentaciones y los momentos de bajón. Todo esto hace que me regodee en mi tristeza, cosa que nunca me ha ocurrido, pero que estos días no se por qué estoy empezando a coger como costumbre.

Pensando un poquito me he dado cuenta de que la vida es maravillosa, que hay muchas cosas buenas y que no me merece la pena amargarme por alguien que no merece que yo sufra por él. Lo que me ha ayudado en gran medida a llegar a esta conclusión es la gente, y no hablo sólo de mis mejores amigos o mi familia, si no de esas personas que aunque no lo sepan ellos y ni siquiera tú misma, te ayudan a diario. Personas que no profundizarán jamás en tu persona, que nunca considerarás casi ni amigos, pero que forman parte de tu día a día.

Es esa gente con la que te sientes bien, con quien tienes una conversación distendida de cualquier cosa, con quien vas andando para casa o simplemente se sientan al lado tuyo en clase. Compartes pequeños momentos de tu vida que te forman como persona, porque de cada una de esas personas te quedas algo para ti. Pero lo más maravilloso de todo, es que esto ocurre sin que tú te des cuenta.

Serrat dedicó una canción a "aquellas pequeñas cosas", pues yo hoy dedico este blog a aquellas pequeñas personas; pequeñas, no porque sean de poco espíritu o no sean brillantes, sino pequeñas porque para ti parece que pasan inadvertidas, como si fueran pequeñitas y no las vieras, aunque en la realidad realicen una labor que todos necesitamos. Esa labor es la de una palabra en un momento en que estás sola, una charla sobre cualquier cosa mientras vas a clase, un cigarrillo a la puerta de la facultad o unas risas por alguna tontería que os haya ocurrido.

Por esto, por haber abierto los ojos y porque la vida es maravillosa, os mando un beso enorme a todos.

martes, 2 de octubre de 2007

Para tontería, la mía

Hay días que te levantas y dices: "soy tonta". Y es que intentas encontrar una razón por la que sigues enamorada de ese gilipollas que simplemente te da disgustos. Ese imbécil al que no le importas un pimiento. Ese pichafloja (lo siento, pero ya sabéis que cuando estoy cabreada suelto muchas chorradas) que no fue capaz de decirte las cosas a la cara.

Y encima te sientes hecha una mierda cuando ves que se encuentra perfectamente, que es feliz con su noviecita, y que está enamoradísimo. ¿Qué ocurre entonces? que te cabreas más y te sientes más gilipollas (si cabe).

No sabes si estás entre la tristeza y el enfado. Entre la moral baja o el carácter insoportable. No sabes si estás aquí o estás allí.

Tu cabeza está aquí, mientras tu mente está odiando a la noviecita y rompiendo las piernas al cabrón de turno.

Sin más...

Quería desahogarme.